Su padre lo abandonó, su padrastro fue preso, tuvo una vida nómade y el deporte lo salvó: el duro camino de Lebron James hasta transformarse en leyenda

La estrella consiguió celebrar un nuevo título en la NBA con los Lakers, la tercera franquicia a la que condujo a la gloria. Hasta que encontró el trampolín en el básquetbol (antes brilló en el fútbol americano), vivió una infancia complicada, que despertó el compromiso solidario que multiplica a cada paso.

Era inicios de 1994. LeBron aún tenía nueve años y su destino estaba a la deriva. Claro, si vamos para atrás, todo había empezado mal para él. Fruto de una relación pasajera entre su madre y un muchacho del barrio con un frondoso prontuario delictivo, James había nacido el 30 de diciembre de 1984 en el Summa Akron City Hospital -justamente la misma clínica y en el mismo piso que 39 meses después llegaría al mundo otra superestrella, Steph Curry-, ya sin padre biológico. Anthony McClelland, una figura del básquet callejero cuyo talento, aseguran, fue superado por su adicción alcohol y una clara tendencia a la delincuencia que lo hizo pasar buena parte de su vida en la cárcel, había decidido abandonarlos. LeBron creció sin conocerlo y teniendo que lidiar con una bronca interior que recién menguó de adulto. “Nunca tuve una relación y recuerdo que, de niño, eso me frustraba. Estaba enojado con él por no estar conmigo. Hoy, como hombre maduro, siento que no debí enojarme tanto. En ese momento no sabía qué pasaba con mi padre y crecer me dio otra perspectiva”, admitió en nota con ESPN. Fue duro para él. Y para Gloria, quien se convirtió en madre a los 16 años, cuando ni siquiera había terminado el secundario. Una situación difícil que no mejoró cuando, pocos años después, se puso de novia con Eddie Jackson, un muchacho a quien el niño LeBron (4/5 años) le había tomado cariño hasta que terminó en prisión por tráfico de cocaína…

En aquel 1994, ella había dejado el último trabajo (en Payless Shoes) y vivía de la pensión de desempleo. El dinero no les alcanzaba ni para alquilar un modesto departamento. Se la pasaban mudándose a distintos lugares que le prestaban amigos. Un problema de alojamiento que tuvo su punto álgido durante la primavera de 1993, cuando Gloria y su hijo debieron mudarse cinco veces en tres meses mientras ella esperaba en una lista de espera de casas subsidiadas por el estado. En las primeras semanas de ese año, recuerda él con su memoria prodigiosa, vivían en un monoambiente cerca del centro. Allí, queriendo disfrutar parte de las experiencias que no había podido al ser madre adolescente, ella armaba fiestas nocturnas que a veces interrumpía la Policía por denuncias de ruidos molestos. Era cuando Gloria elegía salir de fiesta con su grupo, dejando solo a su hijo… El pequeño LeBron dormía en un colchón en el piso y se la pasaba jugando a los video juegos y poco más. Vivía con miedo de que su madre no volviera, no le gustaba hacer amigos -avergonzado por la vida que llevaba- y mucho menos ir a la escuela.

El año anterior, por caso, se había ausentado en 82 de los 160 días de colegio, en algunos casos por falta de transporte y, en otros, por decisión propia. En definitiva, una situación que distaba de la ideal para un chico de esa edad.El pequeño LeBron, en la época en la que con su madre se transformó en nómade

LeBron, junto a sus "hermanos de camiseta": Sian Cotton, Dry Joyce III y Willie McGee

La pareja se casó con Savannah en 2013 y tuvieron tres hijos (Bronny, Bryce Maximus y Zhuri)

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